- LA DANA Y LOS POLITICOS -
- LA DANA Y LOS POLÍTICOS -
Horas son ya de cambiar los pañales,
a todos estos políticos, o a casi todos,
porque solo saben crear problemas, e inventar males,
porque solo saben, hacer crecer sus acomodos, y sembrar lodos.
En Valencia hacía falta desde el primer momento, un mando único,
hacía falta por su parte, organización y responsabilidad,
no tanto foto y tanto discurso, irónico y cínico;
hacía falta haber sido previsores, y decir y publicar toda la verdad.
Las consecuencias de esta tragedia durarán mucho en el tiempo,
porque como siempre, mucho de lo ocurrido se ocultará,
y si los políticos rechazan la ayuda, es solo por el contratiempo,
de la mala propaganda, que todo aquel que vea los males, le lanzará.
Ya sucedió con el Prestige en Galicia, cuando el chapapote,
que el difunto Fraga entonces, reclamaba para él, solo dignidad;
y el Aznar sobornando a los pescadores, para evitar su enfado y su azote;
sin la auto regeneradora limpieza del mismo mar, este estaría aun hoy con olas, de negra asquerosidad.
Creo que nunca en este país, hubo tanta delincuencia como ahora,
nunca, desde luego, hubo tanto vividor subvencionado,
nunca hubo tanto consejero y servidor, ni tanto adulador o aduladora,
y nunca hubo tanto charlatán en el poder, ni tanto desconsiderado.
Y estos que llegan de otras culturas, a agredirnos,
que no todos los que vienen, por supuesto, hacen eso,
a estos personajes que no se integran, que vienen a maltratarnos y a herirnos,
estos gobiernos lo que hacen con todos ellos, es darles un beso.
Yo fui emigrante en otro país, y solo mis primos, allí residentes, me recibieron con cariño,
basta ya pues de tanta permisividad, y tanto látigo de perejil,
a todos nuestros mandamases, hoy con estos versos libres, les riño,
porque nuestras Españas ahora, parecen un verdadero cuchitril.
Yo en política no soy de aquí ni soy de allá,
lo que quiero es que ningún interesado, con licencia de discursante,
intente imponer a mi pensamiento y a mi libertad, una muralla;
yo no quiero que me someta, ni comandante, ni presidente, ni ningún simple tunante.
Y terminaré escribiendo, que puede que haya políticos buenos,
y casi seguro que algunos, en algunos lugares los habrá,
pero entre tantos miles, y casi todos ellos, de obscenidades llenos,
quien será capaz de descubrirlos, y quien los distinguirá.
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SENÉN CAMPOS MACEIRAS
A ESTRADA – 03/11/2.024
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