- ANTE EL FUTURO NO NOS QUEDA MÁS REMEDIO A LOS ESPAÑOLES QUE SER PESIMISTAS -
Protestas españolas... Prescripciones alemanas
Los manifestantes han estado llenando las calles de las capitales de Europa del sur en números demasiado grandes para que los políticos tenganque hacerles caso, protestan las últimas medidas de austeridades económicas. Cientos de miles han protestado en Lisboa, Madrid y Atenas, y el aumento de tales protestas son probables en días venideros. La paciencia de la gente le hace abandonar la política de austeridad exigida por el gobierno alemán y líderes de la Unión Europea, que visiblemente han fallado en su objetivo indicado de reducir cargas de deudas y preparar el terreno para el renacimiento económico. En cambio, es claro que estas medidas acelerarán los niveles de depresión y de paro, y dañarán programas sociales llenos de seguridad, cuando estos son los más necesarios. El ojo está ahora sobre España, donde el presidente Mariano Rajoy lucha para hacer nuevas reducciones presupuestarias, sin provocar las posibles explosiones de cólera en casa, y abastecer de combustible la conversación de secesionista en regiones intranquilas como Cataluña, la central eléctrica económica del país. Pero la mezcla áspera de nuevos recortes de servicios públicos, congelaciones de salarios, y los aumentos fiscales que Sr. Rajoy anunció la semana pasada, casi seguramente harán que tanto las situaciones políticas como económicas sean peores. Los expertos ahora pronostican un segundo año consecutivo de crecimiento negativo en España en el 2013, mientras el paro, en más del 25 por ciento, supone el doble del promedio de Unión Europea. A no ser que España adopte nuevas medidas funestas, y que la economía española milagrosamente produzca nuevos ingresos fiscales para encontrar objetivos de presupuesto, cosa poco realistas, Alemania amenaza con no aprobar un nuevo rescata europeo desesperadamente necesario para la unión bancaria que ayudaría a sobrevivir a los bancos españoles, que se hunden con mayúsculas de nuevo. A diferencia de Grecia y Portugal, España hasta ahora, ha evitado un rescate formal urgente de la Unión Europea. Esto le da un poco más de libertad para sobrellevar su propio curso económico. Pero el Sr. Rajoy no es realmente un dirigente libre. Sin la aprobación alemana para un rescate, pronto se podría forzar a la unión bancaria en España también, y a una obligación de desalojo urgente obligatorio de las deudas. Los problemas corrientes de deudas de España no son el resultado de gastos de gobierno libertinos durante los años de auge. Ellos vinieron del derrumbamiento abrupto de una burbuja de alojamiento imprudente en el sector privado, abastecida por el combustible del crédito artificialmente barato. La explosión de aquella burbuja borró millones de empleos en España, arrastrando ingresos fiscales y gastos de consumo. Esto también forzó al gobierno a prometer miles de millones de euros que este no tenía, y que podían levantar el rescate de su sistema bancario que se tambalea. Al aplicar nuevos recortes a los empleos restantes, y al no poder gastar, estas medidas no traerán la recuperación. Esto sólo traería la segura miseria y la confusión. El Sr. Rajoy también quiere controlar los gastos a los 17 gobiernos regionales de España, que pagan una parte grande de gastos de asistencia médica y educación. Gobiernos regionales que malgastaron miles de millones sobre proyectos de trabajos públicos derrochadores durante los años de auge. Pero aquel dinero se ha perdido, y la salud y la educación no deberían de estar sujetas a recortes grandes aún en tiempos duros. Tampoco una recesión profunda es la solución exacta ahora para abordar el problema a largo plazo de gastos de pensiones, y los datos de una población demográficamente envejecida no ayudan. Al terminarse para muchos de los parados de largo plazo el subsidio, la pensión es la fuente principal restante de ingreso para unos cientos de miles de familias. No queda ningún sector fácil ya Sr. Rajoy para recortar servicios, o seguir gastando sin arriesgar el desastre social. La historia es igual en Grecia y Portugal. El tiempo se agota. Sólo un cambio agudo de la política económica puede salvar el euro. Líderes europeos - sobre todo el Canciller Angela Merkel de Alemania - tienen que reconocer que el devolver la zona europea a la solvencia, requerirá de esfuerzos renovados que animen el crecimiento económico, por medio de objetivos de presupuesto menos rígidos, y no la austeridad continuada impuesta a gobiernos desesperados, por Berlín y Bruselas.
http://www.nytimes.com/2012/10/02/opinion/spanish-protests-german-prescriptions.html?hpw&_r=0
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SENÉN CAMPOS MACEIRAS
A ESTRADA -02/10/2.012
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