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Senén Campos Maceiras

- EMERGENCIA NACIONAL -

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Los amos del mundo: POLÍTICOS y BANQUEROS

 

La última cumbre franco-alemana ha dictado lo que amenaza con ser la sentencia final: España será intervenida. Ha empezado la cuenta atrás y hemos pasado a vivir en un estado de emergencia nacional.

 

Por A. Lozano

La última cumbre franco-alemana acaba de dictar lo que amenaza con ser la sentencia final: España será intervenida y sobre nuestro país se proyecta la sombra inminente de una brutal operación de cirugía ejecutada por Berlín y Washington a través de la Comisión europea, el BCE y el FMI.

Su proyecto ha dado un salto cualitativo y se dirigen a rebajar un 40 o un 50% las rentas y salarios del 90% de la población y dejar a España sin voz ni voto, convertido en un país intervenido económica y políticamente por ellos. Ha empezado la cuenta atrás y España ha pasado a vivir en un estado de emergencia nacional. 
  
La rotunda negativa de Merkel y Sarkozy a ampliar el fondo de rescate europeo o a emitir eurobonos equivale en los hechos a lanzar la orden para una nueva oleada de ataques y “castigos” a las deudas nacionales de España y Portugal, como paso previo a su intervención política y económica. 
  
La compra por parte de los bancos alemanes de ingentes cantidades de deuda soberana durante el pasado mes de octubre, desbancando a la banca francesa como principal tenedora de deuda pública europea, es el mejor indicador de que la gran banca alemana está tomando aceleradamente posiciones para obtener los mayores beneficios posibles del rescate y la intervención de la península ibérica. La retirada del fondo de inversión norteamericano JC Flowers de la propuesta de adquisición del 49% de las acciones de la nueva Banca Cívica –fruto de la fusión de cuatro cajas regionales–, exigiendo nuevas y mayores concesiones indica que la oligarquía financiera yanqui está procediendo exactamente del mismo modo. 
  
Por más que la clase política y los grandes medios de comunicación nacionales traten de ocultarlo, confundiendo y extraviando a la gente, el asunto es ya vox populi fuera de nuestras fronteras. Lo acaba de decir esta misma semana el profesor de la Universidad de Atenas, el español Pedro Olalla: “en España va a pasar lo mismo que ha sucedido en Grecia, también será rescatada, porque todo esto forma parte de un plan (...) Fenómenos como los de intervenir un país llevan funcionando desde la época del colonialismo”. 
  
Más duro que en 1959 
Las consecuencias del plan de intervención sobre España del directorio BCE-Berlín-FMI supondrá sacrificios y padecimientos tan duros para el 90% de la población como los que ya están sufriendo los pueblos griego o irlandés. 
  
Es decir, nuevas subidas de impuestos; más recortes de gasto público, desde las prestaciones de la Seguridad Social hasta los subsidios de desempleo pasando por los sueldos de los funcionarios. Reducción todavía más drástica de la inversión pública y del gasto corriente del Estado. Alzas brutales de las tarifas eléctricas y del resto de servicios monopolizados; copago sanitario por cada consulta médica, limitación del sistema sanitario público, reduciéndolo cada vez más a los servicios primarios y privatizando las prestaciones de especialistas y hospitalarias; recorte del salario mínimo interprofesional y de los salarios del sector privado. 
  
Como ha ocurrido ya en Irlanda, utilización del fondo de reserva de las pensiones para pagar parte del rescate. Privatizaciones del sector público, en las que hasta la lotería va a acabar en manos del capital extranjero. Venta del país a precio de saldo que se va a traducir, se esta traduciendo ya, no sólo en un empeoramiento de las condiciones de vida, sino también en un ataque a la libertad de todos y a la capacidad de decidir por nosotros mismos. La primera consecuencia del control del imperio audiovisual de Prisa por Berlusconi y Liberty ha sido la supresión de los espacios de debate político en Cuatro y que el fondo de inversión norteamericano ha decidido eliminar el canal CNN+, uno de los pocos que permiten el acceso a una información política sustancial y relevante. 
  
Aplicación rápida, exhaustiva y ambiciosa de las medidas anunciadas en la reforma laboral, acabar ya con la negociación colectiva, recortar un 30% el sistema de pensiones y profundizar en una reestructuración bancaria de las cajas de ahorro que abra las puertas, en particular, a la entrada del capital extranjero en el sistema financiero español. Un auténtico plan de estabilización e intervención, de una intensidad y una profundidad todavía mayor que el que en 1959 acabó con la autarquía de la España franquista. 
  
Unas elites depredadoras y dependientes 
Si las grande potencias pueden lanzarse a devorar el país y saquear sus riquezas de esta manera se debe, en primer lugar, a la naturaleza estructuralmente débil e híper-dependiente del gobierno Zapatero. 
  
Un gobierno puesto por ellas mismas tras la conmoción política, social y electoral que supusieron los atentados del 11-M, y que durante todos estos años no ha hecho otra cosa que hacer lo que le han dicho desde los grandes centros de poder mundial y seguir a pies juntillas las órdenes del gran patrón de la oligarquía española, Emilio Botín, para expandirse internacionalmente y colocarse en el top ten de la jerarquía bancaria mundial. 
  
Y todo ello envuelto bajo la supuesta bandera de unos “derechos sociales”, que a la postre no han resultado ser otra cosa que las migajas que caían del auténtico festín que se estaban dando los Botines y el gran capital norteamericano, francés y alemán. Simples limosnas disfrazadas de derechos que repartió a cambio de votos mientras le dejaron, pero que en cuanto han llegado las órdenes en sentido contrario, se está dedicando a demoler uno tras otro. Como en la cruel burla de Groucho Marx al oportunismo más servil: “señora, estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”. Lo que sea con tal de aferrarse al gobierno y seguir sirviendo a los que le pusieron en él. 
  
Ni siquiera en los tiempos de Carrero Blanco o Arias Navarro nos ha sido dado a los españoles padecer un gobierno tan servil con Washington y Berlín como el de Zapatero. 
  
Pero en segundo lugar, si la intervención política y económica de nuestro país por las grandes potencias está a la orden del día, es también gracias a una oposición, la del PP, enrocada y, por lo visto hasta ahora, dispuesta asimismo a tragar lo que sea con tal de regresar al gobierno. A una clase política que ha hecho de parasitar a un Estado cada vez más desestructurado su único modo de vida y dispuesta a vender su alma al diablo que sea con tal de mantener sus privilegios. 
  
Y a una clase dominante sin pulso visible, cuya única aspiración parece ser salvar los muebles que pueda de la quema, incluso aspirar a ganar alguno más aunque sea sobre la base de quedarse sin tener ni entidad política ni representación de país. 
  
Todo esto, de conjunto, no hace sin reflejar el insultante grado de dependencia al que la clase política en general, y el gobierno Zapatero en particular, nos han conducido. 
  
Formar un frente amplio 
En un vano intento de recuperar credibilidad y autoridad, el gobierno decretó el estado de alarma frente a la provocadora acción de los controladores aéreos. Pero la situación real hacia la que nos dirigimos es la de un auténtico estado de excepción, que no puede sino calificarse de emergencia nacional cuya resultante, como en Grecia o irlanda, es la intervención política y económica de Washington y Berlín sobre nuestro país. 
  
Goldman Sachs acaba de hacer público el papel que nos tienen reservado a nosotros y a las próximas generaciones. Según la consultora del banco norteamericano, dentro de 20 años, en 2030, nuestro peso en la distribución de la riqueza mundial habrá caído al menos en dos terceras partes, situándonos al nivel de países como Filipinas y Malasia. Este es el destino que Washington y Berlín nos tienen preparado. Y el primer paso de este camino es el amenazador plan de rescate que preparan para nosotros: la intervención política y económica de España. 
  
Frente a esta perspectiva inminente se hace mas necesario y urgente que nunca levantar un frente amplio capaz de unir a todos los sectores sociales, sindicales, políticos y ciudadanos, a todas las personas conscientes y dispuestas a hacer frente a este plan de saqueo de nuestra riqueza y de secuestro de nuestra soberanía económica e independencia política. 
  
Ellos cuentan con que la gente no va a reaccionar ante sus ataques porque lo tienen todo atado y bien atado. Pero en realidad, su mayor fortaleza es que nosotros, el pueblo no estamos unidos para defender nuestros intereses. Es la unidad política, la fuerza organizada de los pueblos la que hace posible cambiar el curso de las cosas. 
  
Si China ha podido dar el salto a ser la segunda potencia económica del mundo, si el Brasil de Lula ha sacado a 20 millones de personas de la pobreza y elevado más de un 50% el salario mínimo es porque su grado de independencia política les permite ir en contra de los dictados y exigencias de las grandes potencias. Si Ecuador o Bolivia han podido frenar el saqueo de sus riquezas por las multinacionales petroleras, aplicándoles un recorte de sus propiedades y beneficios, es porque la fuerza política de unos pueblos unidos y organizados lo ha impuesto. 
  
Crear la más amplia unidad en torno a la lucha contra el plan de rescate y las consecuencias de la intervención imperialista ha pasado a ser la tarea más urgente y vital de estos momentos. 
  
En cada barrio, en cada pueblo, en cada centro de trabajo y estudio, con cada persona de nuestro pueblo, con los afiliados y los cuadros de base del PSOE, de IU, de las fuerzas nacionalistas de izquierdas, de UPyD, de Ciudadanos, de CCOO, UGT, USO, CNT y todos los sindicatos, de ONG´s y asociaciones de vecinos, ciudadanas, profesionales, sociales,... hay que empezar a trabajar ya por crear en los hechos un frente de unidad y rechazo al plan de rescate e intervención lo mas amplio posible. 
  
Dando conciencia de cómo la situación ha dado un salto cualitativo, cómo las grandes potencias se preparan para abalanzarse sobre nosotros y cómo los recortes y rebajas que hemos sufrido hasta ahora pueden llegar a ser apenas un pálido reflejo de lo que persigue esta gente. 
  
Este sábado, 18 de diciembre, los sindicatos han convocado manifestaciones en las principales ciudades contra la reforma de la pensiones. Ese día, las calles del  país no sólo han de ser un clamor contra los recortes y el plan de rescate que preparan Washington y Berlín, sino que debe convertirse en el pistoletazo de salida para empezar a organizar el frente de unidad más amplio posible para frenar sus planes.

http://www.deverdaddigital.com/ver_articulo.php?art=10724

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SENÉN CAMPOS MACEIRAS

A ESTRADA 16/12/2.010

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